Siendo sinceros, no teníamos pensado escribir este artículo. No lo teníamos porque conociendo el producto como lo conocemos y habiéndolo usado como lo hemos usado, sabemos que es altamente fiable y que cuando hablamos de calidad de la llamada, podemos afirmar que es tan buena o más como la de los teléfonos tradicionales. Sin embargo, queremos anticiparnos a la aparición de cualquier problema, explicaros por qué aparecen y cómo se solucionan.
Cuando un cliente habla de audio entrecortado, lo más normal es que esté lidiando con la latencia de las llamadas y deberá hacer una prueba de latencia de VoIP para entender la importancia del problema. Pero, ¿qué es la latencia? ¿por qué el evitarla va a mejorar mi negocio? Y todavía más importante, ¿qué la causa y cómo la soluciono?
En redes informáticas de datos, la latencia de red es la suma de retardos temporales dentro de una red. El retardo se produce por la demora en la propagación y transmisión de paquetes dentro de la red. Dicho de otro modo, la latencia es el retraso en el tiempo de respuesta entre el momento en que un usuario de la red inicia una acción y el momento en que es completada.
Durante ese retraso, los datos van del punto a otro y, a veces, van más lentos de lo que nos gustaría, lo que genera latencia. Algunos ejemplos con los que estamos acostumbrados a lidiar podrían ser el tiempo de espera desde que hago “click” en un vídeo de Youtube hasta que empieza a reproducirse, lo que tarda en cargar una página web, el tiempo que espero desde que enciendo el teléfono hasta que puedo comenzar a usarlo...
Pero hablando de latencia en VoIP, tenemos que hacer referencia al tiempo que se necesita para que los datos de voz viajen a través de internet desde el emisor hasta el receptor. La latencia de VoIP hace referencia al tiempo que pasa desde que hablas, hasta que la persona que está al otro lado del teléfono te escucha. Si el retardo es importante, la comunicación se hace prácticamente imposible.
Como ya hemos comentado en artículos anteriores, los datos VoIP se transmiten a través de paquetes de datos, que son archivos digitales comprimidos formados por audios que todavía no están procesados.
Se mide en milisegundos y la latencia ideal para la VoIP es de 250ms o, si es posible, menos. Cualquier valor superior a esto, supone un problema para tu empresa, pues afecta negativamente a la calidad de las llamadas.
Veamos varias formas de evaluar los niveles de latencia.
Si la latencia sobrepasa los números anteriormente indicados, lo normal es que afecte negativamente a la calidad de la llamada y ponga de los nervios a todo aquél que intente hacer o recibir una llamada. Esto, evidentemente, va a terminar por repercutir en las ventas ya que, si un cliente no puede mantener una conversación, seguramente acabe colgando.
Algunos de los indicadores más claros de que la llamada no funciona bien son que los oradores se interrumpen continuamente, que se escucha un molesto eco, que el audio de la videollamada no se sincroniza con la imagen o que esta se pixela demasiado, que existen problemas de conectividad a internet o que la velocidad de carga y descarga es demasiado lenta.
Existen muchas posibles causas para explicar la latencia. A continuación, destacamos algunas de las más comunes y cómo podemos solucionarlas.
Puede ocurrir que la latencia se deba a una distancia excesiva entre el sistema que realiza la solicitud y el que la responde. Si todavía no te has decidido por un operador de VoIP, es importante que compruebes que cuenta con numerosas ubicaciones de servidores y direcciones IP.
Cuantos más centros de datos tenga, es más probable que pueda alcanzar niveles de latencia bajos.
El ancho de banda es la cantidad máxima de datos que su conexión a Internet puede transmitir durante un periodo de tiempo determinado. Aquí no estamos hablando de velocidad, hablamos de cantidad.
Si tienes un sistema telefónico VoIP, es probable que debas actualizar tu ancho de banda para evitar la latencia y otros problemas asociados. La cantidad de ancho de banda que necesitarás dependerá de la cantidad de llamadas simultáneas que realice la empresa.
El ancho de banda se mide en megabits por segundo (MBPS), siendo el ancho de banda medio de unos 12-25 mbps. Actualiza tu ancho de banda y también considera la opción de usar una VLAN (red de área local) para segmentar su red.
Si ya has comprobado que el ancho de banda no es el problema, es hora de echar un vistazo al hardware. Actualizar el router o comprobar que los cables, módems y puertos no se hayan dañado es algo que conviene hacer. Además, no hay que olvidarse de revisar el estado de los auriculares y el micrófono.
A vece, la más evidente no es la primera opción, bien sea porque se da por hecha o bien porque es poco probable que falle. Sin embargo, conviene revisar hasta lo más obvio. Asegurarse de que la conexión a internet funciona y que está bien configurada es fundamental, así como cerciorarse de que todos los cables de Ethernet estén completamente conectados. Ya decimos que es raro que el problema esté aquí, pero cosas más raras se han visto.
Lo normal es que se trate de algo más complejo y que, para solucionarlo, tengas que recurrir a tu proveedor de internet.
A veces, puede ocurrir, que tu proveedor de servicios de internet use un código para convertir las señales de voz en paquetes digitales que no sea compatible con tu sistema de VoIP.
Dependiendo del proveedor, es posible que se pueda cambiar a uno compatible.
La configuración de calidad del servicio (OoS) en realidad le permite priorizar el ancho de banda para ciertos dispositivos o datos, debiendo priorizar y asegurarse de que su sistema de VoIP sea el primero en el uso del ancho de banda.
Si ya has probado todas las soluciones anteriores y ninguna ha funcionado, hay que activar el plan B. Aquí van otros consejos que pueden ayudar.
Esperamos este artículo sobre la latencia y cómo afecta a tu negocio, te haya dado una visión más global de la importancia de la misma en tu sistema VoIP.
Por último, comentar que el uso de la prueba de latencia de red, también llamada prueba de velocidad, te ayudará a comprender el retraso con el que tiene que hacer frente tu sistema telefónico cada vez que intentas hacer una llamada.